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El pasado 2 de diciembre de 2025, en el Auditorio “Dr. Héctor Fix-Zamudio” del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, se llevó a cabo un emotivo homenaje en conmemoración del centenario del natalicio de Néstor de Buen Lozano, figura fundamental del derecho social mexicano y fundador de nuestro Bufete. Al evento asistieron familiares, académicos, colegas, estudiantes e integrantes de la comunidad jurídica, quienes recordaron con profunda admiración y cariño la vida y legado de un hombre que marcó para siempre el rumbo del derecho laboral en México a través de sus enseñanzas, su ética y calor humano.
El homenaje no sólo exaltó su obra académica y su labor profesional. A lo largo de la ceremonia, quienes lo conocieron compartieron anécdotas que retrataron al Dr. de Buen no sólo como un erudito del derecho, sino como un maestro cercano, generoso y profundamente humano. Fue un encuentro marcado por el afecto, la gratitud y el reconocimiento profundo hacia una vida entregada a la familia, al trabajo, al conocimiento, a la justicia social y al compromiso ético.
La ceremonia inició con un recorrido por la vida académica y profesional de Néstor de Buen Lozano, quien nació en Sevilla, España, y a los catorce años arribó a México con su familia en el contexto del exilio republicano. Su formación comenzó en la UNAM, donde obtuvo su licenciatura en Derecho en 1950, y posteriormente su doctorado, con mención honorífica, en 1965, con su tesis La decadencia del contrato. Su investigación, su rigor metodológico y su claridad conceptual lo colocaron pronto entre los juristas más destacados de su generación. A lo largo de su vida, combinó la docencia, la investigación y la defensa en los tribunales de los derechos de trabajadores y empleadores.
El Dr. de Buen dedicó décadas de estudio, análisis crítico y reflexión profunda en el derecho laboral y en el derecho de la seguridad social, sin olvidar nunca su formación como civilista. Su obra académica contribuyó a la transformación del derecho social y al fortalecimiento de las garantías laborales y de seguridad social. Su pensamiento, riguroso y sensible continúa siendo guía para las nuevas generaciones de juristas. Libros como su Derecho del trabajo, en dos tomos, y su Derecho procesal del trabajo, entre muchos más, artículos, ensayos, entrevistas y numerosas investigaciones publicadas en revistas académicas de México y del extranjero, son hoy textos fundamentales para estudiantes, profesores y abogados postulantes. Su lenguaje claro, su análisis preciso y su visión humanista distinguen una obra que permanece vigente.
Durante el homenaje, se le recordó en su faceta docente, principalmente en su labor como profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM. Sus alumnos no solo aprendieron derecho civil y laboral, sino que abrevaron de su ética, rigor intelectual y compromiso social. Su capacidad para explicar conceptos complejos con gran sencillez fue una de sus mayores virtudes. Sus alumnos lo recuerdan como un profesor exigente pero justo, siempre dispuesto a acompañar, orientar y compartir su conocimiento con generosidad y quienes trabajaron con él dan testimonio de su calidez y su amable presencia, pero también de sus exigencias profesionales.
El homenaje nos permitió conocer anécdotas, conversaciones llenas de humor, gestos de amabilidad y palabras de aliento que marcaron vidas enteras. Uno de los momentos más significativos fueron las palabras de sus hijos, la Mtra. Claudia De Buen Unna y el Lic. Fernando De Buen Unna, quienes se dirigieron al público desde el cariño, el respeto y la admiración más profunda. Recordaron a su papá, no solo como un gran jurista, sino como un padre profundamente amoroso, cercano y presente; al hombre que siempre encontró tiempo, incluso en medio de una agenda académica y profesional intensa, para convivir, escuchar, aconsejar y acompañar a quienes se le acercaron por diversos motivos, incluso más allá del núcleo familiar. Destacó el papel fundamental de su esposa Nona, su compañera incondicional, quien lo acompañó a lo largo de su trayectoria profesional, académica y familiar. Su presencia en el homenaje, a sus 97 años de edad, le dio un realce especial.
El Bufete de Buen se honra en compartir el homenaje a su fundador en el centenario de su natalicio. Para quienes formamos parte del despacho, representa una importante ocasión para reafirmar los valores que nos inculcó. Su legado está presente en cada caso, en cada reflexión jurídica y en cada defensa profesional. Su filosofía, basada en la dignidad humana, la justicia social y la responsabilidad ética sigue siendo la brújula que orienta nuestro quehacer. Honrarlo es continuar el camino que inició.
A quienes se sumaron a esta conmemoración, y a quienes mantienen viva su memoria, nuestro más profundo agradecimiento.
Damara Guzmán V.
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